Solo agradecimiento a ese emblemático liceo, formador de grandes personajes d
e la historia de Chile. Cómo olvidar a maestros que con paciencia infinita, entregaban sus conocimientos y herramientas a esos entonces habidos adolescentes que al igual que hoy, querían cambiar el mundo. Sin embargo, hoy tenemos una deuda con las nuevas generaciones, y es, como devolver a nuestro amado Liceo el prestigio fundado en una calidad superior de educación humanista y laica, sueño del gran educador Don Enrique Molina Garmendia.
Solo agradecimiento a ese emblemático liceo, formador de grandes personajes d
e la historia de Chile. Cómo olvidar a maestros que con paciencia infinita, entregaban sus conocimientos y herramientas a esos entonces habidos adolescentes que al igual que hoy, querían cambiar el mundo. Sin embargo, hoy tenemos una deuda con las nuevas generaciones, y es, como devolver a nuestro amado Liceo el prestigio fundado en una calidad superior de educación humanista y laica, sueño del gran educador Don Enrique Molina Garmendia.
Mi último año en el hermoso liceo fue en 1960 en lo que eran los pabellones del internado. Lindos recuerdos.