Un estudio reciente destaca que los adolescentes que leen libros de más de 100 páginas adquieren una ventaja significativa en la comprensión lectora. El informe PISA revela que esta ventaja no solo se refleja en mejores habilidades lectoras, sino también en la capacidad de entender y analizar textos complejos y lineales, una habilidad crucial en el entorno académico y más allá.
Ignacio Zafra, desde Valencia, destaca el papel esencial de la familia en fomentar la lectura. Introducir a los niños en la literatura desde una edad temprana, apoyar sus elecciones de lectura y discutir los libros leídos, son estrategias que refuerzan su interés y capacidad lectora. Además, expertos recomiendan no enfocarse en las calificaciones o en la longitud de los libros, sino en el placer y los beneficios de la lectura.
El artículo también resalta cómo el sistema educativo puede jugar un papel clave al encarecer menos la necesidad de calificar cada aspecto de la lectura y más bien alentar el gusto por leer. Esta aproximación ayuda a los jóvenes a desarrollar un interés genuino por la lectura y a explorar una variedad de fuentes y géneros literarios.
La conclusión es clara: leer libros largos no solo mejora las habilidades lectoras, sino que también prepara a los jóvenes para futuros desafíos académicos y profesionales, destacando la importancia de un entorno familiar y educativo que apoye y valore la lectura como una herramienta de aprendizaje y crecimiento personal.
Con información de El País, la página que publica el estudio es «El club de los olvidados».