La Comunidad Liceana se ha visto impactada hoy por el deceso de nuestro colega Marcelo, Profesor de Educación Física y gestor de innumerables Proyectos en beneficio de nuestros estudiantes.
Hoy te homenajeamos con los atributos que te caracterizaron: solidario, empático, discreto, reservado, de trato gentil y respetuoso, y principalmente por ser “un gran caballero”, como decían todos quienes se referían a ti.
De los numerosos aportes que hiciste a nuestro Liceo, podemos mencionar, entre otros:
- La creación del Conjunto folclórico Filún (en Alianza con el Liceo Experimental), como encargado de las ACLES y que por muchos años fue nuestra carta de presentación en diferentes actividades tanto al interior como fuera del Liceo.
- La creación de la Estudiantina que llevó a representar al Liceo a diferentes lugares y que nos hizo bailar en distintas actividades conmemorativas como Aniversarios, Día del Profesor y tantas otras.
- La realización de un proyecto tantas veces postergado, como fue el actual Gimnasio. Tú fuiste el creador y gestor del Proyecto, participaste en todas las instancias, sin preocuparte de dar generosamente tu tiempo personal para lograr concretarlo.
- El Taller de Remo y Canotaje. Tus contactos permitieron a nuestros jóvenes participar en el Club de Remo de la Laguna de San Pedro.
- El gran proyecto de la Piscina Olímpica subterránea en el ágora del Liceo, que te demandó muchísimo tiempo y que con tesón lograste que fuera aprobado y que, lamentablemente, más tarde y por razones burocráticas, quedó archivado en el tiempo.
Nuestra jornada laboral era de lunes a viernes, pero la tuya era de lunes a sábado porque durante todo el año estabas desde muy temprano supervisando y motivando a los estudiantes que participaban en los numerosos talleres ofrecidos por el Liceo, especialmente en aquellos que por razones obvias te apasionaban, los deportivos.
Cómo no recordar tu típica chaqueta de cuero negra, tu andar sin prisas, tu gentileza y entusiasmo por involucrar a todos los funcionarios en las infaltables clases de cueca al inicio del mes de septiembre. Nos animabas cantando y tocando con maestría la guitarra; jamás criticaste a nadie, al contrario a los más descoordinados nos decías con tu sonrisa bondadosa “que cada uno bailaba a su estilo personal y que todos lo hacíamos muy bien”.
Jamás te vimos molesto a pesar de tu frustración ante la falta de apoyo de las autoridades por tus proyectos para el Liceo y cuando una situación no te parecía, lo expresabas con total calma y tranquilidad.
Disfrutabas de las actividades al aire libre, en el verano salías de campamento con tu hijo y algunos estudiantes a quienes transmitías el valor del deporte y de un estilo de vida saludable.
Expresamos nuestras sinceras condolencias a tu único hijo, Marcelo, y a tu pareja, y lamentemos profundamente, no sólo tu inesperada partida, sino también el no poder acompañarte en tu despedida, producto de la pandemia que estamos padeciendo.
Nuestro reconocimiento y agradecimiento por la dedicación y el enorme aporte que hiciste a nuestro Liceo.
¡Descansa en paz, Marcelo, y da consuelo a tu familia y a tus seres queridos!